¿Qué son los dominios magnéticos?
Los dominios magnéticos son zonas en el interior de un material ferromagnético en las que los momentos magnéticos de los átomos que lo componen están alineados en la misma dirección. Estos dominios se comportan como pequeños imanes y su presencia es fundamental para entender el comportamiento de los materiales ferromagnéticos.
Los materiales ferromagnéticos se caracterizan por su capacidad para magnetizarse en presencia de un campo magnético externo y por conservar esta magnetización una vez que el campo magnético ha desaparecido. Los dominios magnéticos juegan un papel fundamental en este proceso, ya que la existencia de numerosos dominios orientados en diferentes direcciones dificulta la magnetización global del material.
¿Cómo se forman los dominios magnéticos?
Los dominios magnéticos se forman cuando un material ferromagnético es sometido a un campo magnético externo. En estas condiciones, los momentos magnéticos de los átomos se orientan en la dirección del campo magnético, lo que da lugar a la formación de pequeños dominios magnéticos. A medida que el campo magnético externo se va haciendo más intenso, estos dominios se van alineando progresivamente hasta que todo el material se magnetiza.
Cuando se aplica un campo magnético externo a un material ferromagnético, el proceso de formación de los dominios magnéticos es reversible. Si se retira el campo magnético externo, los momentos magnéticos de los átomos pueden volver a orientarse en diferentes direcciones, lo que da lugar a la desmagnetización del material.
¿Cómo se pueden modificar los dominios magnéticos?
Los dominios magnéticos pueden ser modificados mediante diversos procesos, como la aplicación de campos magnéticos externos o la exposición del material a altas temperaturas. Estos procesos pueden dar lugar a la reorientación de los momentos magnéticos de los átomos y, por lo tanto, a la modificación de la orientación de los dominios magnéticos.
Otro proceso que puede modificar los dominios magnéticos es la deformación mecánica del material ferromagnético. Cuando se somete un material ferromagnético a una deformación mecánica, se pueden generar tensiones internas que provocan la reorientación de los momentos magnéticos de los átomos y, por lo tanto, la modificación de la orientación de los dominios magnéticos.
Ejemplo de aplicación de los dominios magnéticos.
Una de las aplicaciones más importantes de los dominios magnéticos es la fabricación de discos duros. En un disco duro, los datos se almacenan en una capa de material ferromagnético que se divide en pequeños sectores magnetizados. Cada sector está formado por numerosos dominios magnéticos, que representan los bits que almacenan la información.
Para escribir o leer información en un disco duro, se utiliza un cabezal de lectura/escritura que aplica un campo magnético externo sobre la capa de material ferromagnético. Este campo magnético es lo suficientemente intenso como para reorientar los momentos magnéticos de los átomos y, por lo tanto, para modificar la orientación de los dominios magnéticos. Al leer la información almacenada, el cabezal de lectura/escritura detecta la orientación de los dominios magnéticos y convierte esta información en una señal eléctrica que se puede procesar.