Estrés de flexión.

Qué es el estrés de flexión

El estrés de flexión, también conocido como tensión de flexión, es una lesión que se produce en los huesos o en los tejidos blandos que los rodean debido a una carga excesiva en una posición de flexión. Esta lesión se produce cuando un objeto o una fuerza ejercen una presión que supera la capacidad de flexión de los huesos o de los tejidos blandos, lo que produce una deformación en la estructura ósea.

Esta lesión se produce con mayor frecuencia en los huesos de las extremidades, como los brazos y las piernas. En la mayoría de los casos, el estrés de flexión es una lesión por uso excesivo, lo que significa que se produce debido a la repetición de una actividad que ejerce una carga excesiva en los huesos.

Causas del estrés de flexión

Las causas del estrés de flexión pueden variar desde la práctica deportiva intensa hasta la realización de actividades físicas que impliquen la flexión repetitiva de los huesos. Los deportes como el fútbol, el baloncesto o el running, que implican cambios bruscos de dirección y movimientos de corte, aumentan el riesgo de sufrir esta lesión.

Otra causa común del estrés de flexión es la realización de actividades físicas que implican la flexión repetitiva de los huesos, como el trabajo en una línea de ensamblaje o el uso excesivo del ratón y el teclado en la oficina. Además, las personas que sufren de osteoporosis o que tienen una mala nutrición tienen un mayor riesgo de sufrir esta lesión.

Síntomas del estrés de flexión

Los síntomas del estrés de flexión pueden variar desde dolor y malestar hasta fracturas y deformaciones óseas. Los síntomas más comunes incluyen dolor en el hueso afectado, hinchazón, sensibilidad al tacto y deformación ósea. También puede haber una disminución en la movilidad articular y un aumento en el dolor durante la actividad física.

Si se sospecha de un estrés de flexión, es importante buscar atención médica profesional inmediata para evitar mayores complicaciones y acelerar el proceso de recuperación.

Tratamiento y prevención del estrés de flexión

El tratamiento del estrés de flexión depende de la gravedad de la lesión. El tratamiento más común es el reposo, la aplicación de hielo y la elevación del hueso afectado. En algunos casos, se puede requerir la inmovilización del hueso afectado mediante la aplicación de un yeso o una férula.

Para prevenir el estrés de flexión, es importante practicar una buena técnica de entrenamiento y evitar las actividades físicas que ejercen una carga excesiva en los huesos. También es importante mantener una buena nutrición y asegurarse de obtener suficiente calcio y vitamina D para fortalecer los huesos. Además, se recomienda realizar ejercicios de fortalecimiento muscular y ejercicios de estiramiento para mejorar la flexibilidad y reducir el riesgo de lesiones por uso excesivo.